Nací soñando conocerte
crecí buscándote arduamente
viví amándote locamente
y hoy estoy muriendo lentamente
te llame con la mirada, con la mente, con el alma
amenizaste mis sueños con tu polvo de hadas
te pensé largas noches en silencio
tu eras todo, todo el tiempo
te deseé con todas mis fuerzas
te hallé solo, por un lecho de estrellas
te amarré a mi cintura ingenuamente
te convertiste en mi futuro, mi presente
sentí que la vida renacía de tu mano
florecían en tus ojos los colores del verano
con tus besos derretías mis inviernos
las esencias de mi ser que tu ausencia cristalizaron
la vida parecía sonreír
las flores como soles relucir
el viento nos roció de magia
llovieron mil burbujas de esperanza
tu risa dibujaba un arcoíris
que irradiaba abanicos de sabores
por tus manos se escapaba la alegría
la aventura por nosotros compartida
pero un día sin mas tus ojos dejaron de brillar
a mi vida la invadió la oscuridad
tu sonrisa se opaco como un diamante perdido en el mar
mi corazón herido no paro jamás de llorar
tus manos resecas de amor ya no hidrataron mas mi cuerpo
mi piel se seco como un jazmín en el viento
mi alma no pudo mas volar
mis alas se cerraron en la inmensidad
mis horas murieron en ese momento
el reloj se detuvo en el tiempo
los días se hicieron eternos
las noches el mas terrible de mis lamentos
la magia se esfumo en océanos de lágrimas
el llanto ahogo las burbujas de ansias
las hadas despintaron el color de mi ser
el ensueño comienzo a desvanecer
el destino se olvido de mi amor
eligió para mi el dolor
me abandono por caminos azules
donde la ausencia me abrazaba con tules
te quise querer por siempre
aposte para nunca perderte
le jugué al azar mi suerte
y sola llegue a la muerte.
Lucía Marinelli.-
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